Árbol que lloras
lágrimas de savia,
que llenas de rabia,
se deslizan una a una
como perlas de luna
por tu áspera corteza.
Gigante de leves suspiros
que emana tristeza
cuando sienten tus hojas
que el otoño se acerca
para dejarte desnudo
y arropar la hierba.
Criatura de enorme belleza,
refugio de enamorados
que tus ramas han trenzado
con gran delicadeza.
Alcoba de secretos bien guardados,
-espíritu de nobleza-
que sin ninguna queja,
en forma de corazón tatuado
la mano del enamorado
en tu pecho deja.
Árbol que lloras lágrimas de savia
porque el verano se aleja.
SANTIAGO SERRANO BRAVO.
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