jueves, 21 de junio de 2012

"ESTA NOCHE"

Esta noche, hace mucho frío
y mi cuerpo no deja de temblar,
la luna me mira con asombro
porque es mayor mi soledad.

Ando perdido entre todos los escombros
de esta absoluta oscuridad,
pues hace tiempo se cegaron mis ojos
por un exceso de falsa claridad.

De vez en cuando, miro al firmamento
y en la negra lejanía veo brillar
los ojos que robaron todo mi tiempo
encerrando mis más profundos sentimientos
en una urna de cristal.

Se han bloqueado mis pensamientos
y mis sueños se empiezan a borrar,
se deshacen, como una simple bola de nieve
en un montón de blanca sal.

Trato de ordenar todos mis recuerdos
y busco una ansiada libertad
para construir un nuevo espacio
que me ayude a respirar
y dejar al otro lado de la puerta
la eterna pregunta que no me quiso contestar.
— ¿Me quieres? —

Esta noche, hace mucho frío
y mi cuerpo no deja de temblar,
la luna acompaña mi tristeza
porque no puedo olvidar.


SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

"UN DÍA DE PRIMAVERA"

                   I

Amanece,
se abre un nuevo día,
la fina línea arqueada
del horizonte anaranjado brilla.
Los suaves rayos de sol,
atraviesan cristales y cortinas
y bajo un despejado cielo azul,
vuelan las ágiles golondrinas.
El sol, ilumina la fachada de la iglesia,
excepto el sombrío rincón de la trasera,
donde, a un húmedo hueco se ancla,
una extraña y retorcida higuera.
De un brillante color azabache,
las grajillas, revolotean alrededor de ella
a la vez que los escandalosos vencejos,
salen y entran de las estrechas grietas.
El silencioso amanecer de la calle,
lo rompe el agua al golpear la piedra
de la escondida fuente que se encuentra
bajo una esbelta y tupida hiedra.
La mañana sigue avanzando
y antes de emprender la partida,
unos pequeños gorriones de campo
beben de la fresca agua vertida.

                  II

Se han abierto ya las flores
de esta nueva primavera
que resaltan con sus colores
del verde manto de la pradera.
Despertaron los chopos del paseo
de un largo y profundo sueño
y se han vestido con nuevas hojas
tras el paso del invierno.
Los sauces acarician con sus ramas,
la cristalina superficie del estanque
que dan sombra a sus claras aguas,
en los largos días estivales.
En los huertos se siembra vida
y de vida se llenan los frutales,
las flores que atraían a los insectos,
ahora son adornos naturales.
Tiernos y aterciopelados brotes,
nacen en la vieja vid,
perlas blanquecinas que se lucen
bajo un suave sol de abril.

                III

El arisco y negro mirlo, lanza
su alocado canto matinal,
entre los espinosos tallos escondido
de un enmarañado zarzal.
Una cigüeña lleva ramas secas,
al enorme y desgarbado nido
y unas confundidas crías inquietas,
levantan los hambrientos picos.
Un pequeño ratón de campo, duerme
sobre un rechoncho gato vecino,
el ratoncillo ha olvidado su pasado
y el gato, su eficaz instinto felino.
Sobre la hoja de un frondoso laurel,
canta incasable una rana verde,
al parecer, son canciones de amor
y espera a que su princesa le conteste.
Los arrullos, alardes y paseos,
de un palomo en una repisa,
atraen las miradas atentas
de las hembras en otra cornisa.
Varias tórtolas, han instalado el nido
en los cangilones de la vieja noria,
sabedoras de que están protegidos,
por las paredes de la profunda nora.
Un continuo flujo de abejas, va
desde la colmena hacia las flores,
otras regresan al panal,
cargadas de aromas y sabores.
Una leve y suave brisa corre
que agradecidos nos deja sentir,
las frescas fragancias de primavera
de un apacible mes de abril.


SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

"EL VIEJO MAESTRO"

Se abre una puerta
la cruza una sombra y luego se cierra.
Avanza despacio la silueta
por el piso ondulado de desgastada madera
de un iluminado pasillo,
por la luz de dos rígidas velas,
cumpliendo así la función
de una polvorienta y ciega,
bombilla solitaria
que de un amarillento techo cuelga.

Con parsimoniosa tranquilidad
se coloca una chaqueta,
es D. Antonio, músico, compositor
y jubilado maestro de escuela
que se dispone a dar un paseo
en esta hermosa mañana de primavera.
Camina despacio, no tiene prisa,
pues nadie le espera,
sigue el camino que va hasta el arroyo
y cruza el viejo puente de piedra.
Se dirige hacia un solitario chopo
que hay en la ribera,
dándole una palmadita en el tronco
como si se tratase de un colega,
le da los buenos días
con una sonrisa tierna.

Coloca cuidadosamente el pañuelo
en un calizo y luego se sienta.
Apoya la barbilla en la empuñadura
del bastón que sus manos sujetan,
después de haberse inclinado el sombrero
hacia delante por si el sol le molesta.

Se queda inmóvil y observa
como un pajarillo corretea
detrás de las larvas e insectos
que hasta la orilla del arroyo llegan.

Una pequeña rana sale del agua
y en la cálida arena de la junquera
se sienta sobre sus cuartos traseros
adoptando posición de espera
para lanzar su lengua pegajosa
sobre algo que merezca la pena.

En las flores de tomillo
que tiene frente a sus piernas,
se intercambian los zumbidos
de las incansables abejas,
que recolectan el trabajoso polen,
mientras liban el dulce néctar.

El viejo maestro sigue observando
como unas  hábiles golondrinas pegan,
debajo del alero de un cobertizo
el húmedo barro que en sus picos llevan,
mientras Séneca, un pequeño burro,
asoma por el postigo de la puerta
saboreando en su día libre
un puñado de habas secas,
pues hoy es domingo, no tendrá
que mover la noria de la huerta.

Una desgarbada garza,
que en mitad del arroyo se encuentra,
se apoya sobre una de sus zancas
y con el pico sobre el agua y en máxima alerta,
espera con cautela y con paciencia
a que en el fondo algún pez se mueva
para con un ataque mortal, al escamado
y distraído animal, capturarlo por sorpresa.

El relajante sonido del agua
que produce la pedrera,
hace que el viejo se recueste
sobre la soleada madera
del voluminoso tronco que se yergue
tras su espalda mientras cierra
los párpados lentamente
con una leve sonrisa puesta.

De fondo se oyen los repiques
de las campanas de la iglesia,
ha pasado media mañana
y el anciano no despierta.
Un extraño silencio se hace
en toda la ribera,
un leve suspiro suena
a la vez que el bastón cae
sobre la verde y joven hierba,
haciendo despejar la duda
de la más triste realidad,
siendo su árbol amigo,
el último en sentir los latidos
de un corazón en la más absoluta soledad,
cuya muerte me hace pensar,
que las cosas más simples de la vida,
te hacen a veces la mayor y más grata compañía
que el resto de la humanidad.


SANTIAGO SERRANO BRAVO.

"CANSADO"


Ya no quiero seguir guardando
recuerdos en una caja de lata
ni los “te quiero” con posdata
para animarme el corazón.

Ya no quiero,
remar solo en mi barca
y librar las cataratas
del olvido sin razón.

Ya no quiero ser tu preso
en esta cárcel de nata
que ni ata ni desata
esperando tu perdón.

Solo quiero,
olvidarme del pasado
que mi futuro se ha llevado
al rincón del desamor.


SANTIAGO SERRANO BRAVO.

"EL TIEMPO PASA"

Días claros y azules,
primavera vestida con elegancia
que invita a pasear por estos campos
y respirar el aire de intensa fragancia
que llenan de frescura todos los sentidos
y traen lejanos recuerdos y tiernas añoranzas.

Pero, el tiempo pasa, es inevitable,
reloj cronológico de péndulo exacto
que marca las pautas,
que marca los pasos,
y como gotas de agua
que escapan de un caño,
se escapa la vida,
se escapan los años.

El tiempo pasa,
como pasa el aire,
que avivará las llamas
de un fuego insaciable
en los futuros rastrojos
de verdes trigales.
Pasa, como el agua del río
que se presta al mar,
regando el árbol
del fruto prohibido
y que a todo ser vivo
nos hizo mortal,
arrastrando las hojas de parra
del eterno parral.

Pasa, como la noche pasa,
y la luna con ella,
se encenderá otro día
y se apagarán las velas,
vigilantes del oscuro silencio,
que como nobles centinelas
aguardarán la próxima noche
con sus pies de cera
donde quedarán los pliegues
y arrugas como prueba
del paso del tiempo
hasta que sus llamas mueran.

Simples ejemplos,
para aquellos que no lo sepan,
el tiempo pasa para todos
y a nadie espera.


SANTIAGO SERRANO BRAVO.

"MAR DE DUDAS" 1ª Parte.


"Amor imposible"  

Quisiera escuchar, de tu boca las palabras
que mis oídos solo quieren oír,
palabras, que me conmuevan por dentro
y a la vez que me hagan ser feliz.

Feliz, a cada paso y en cada momento,
palabras, con ternura y sentimientos,
palabras, que me hagan sonreír,
palabras, que no se las lleve el viento,
para que mi cara, exprese lo que siento
y que nunca me alejen de ti.

Quisiera sentir, las suaves caricias de tus manos,
y jugar a esos juegos que nunca jugamos
bajo la mirada de una luna gris,
sentir, la cálida brisa de una noche clara,
a la vez que nuestros brazos se entrelazan,
hasta que nuestros cuerpos, no lo puedan resistir.

Hacer de esa noche un día eterno,
congelar las horas solo para vernos
y que el tiempo se olvide que estamos aquí.
Hacer burbujas de pasión con nuestros sueños,
y de un pedazo de cielo hacernos dueños
para que nuestro amor, jamás pueda morir.
Abrir, las cortinas de colores de la aurora,
nadar entre la espuma de las olas
y navegar por mares de jazmín.

Pero esos mares, son mares de pura duda
que me hacen enloquecer,
y me devuelven, a una realidad absurda
y frágil como una flor de piel.


SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

miércoles, 20 de junio de 2012

"MAR DE DUDAS" 2ª Parte.


"Amor imposible"  

Aún espero una respuesta,
que se abra alguna puerta,
que me hable tu corazón,
quiero saber que piensas,
quiero escuchar clara tu voz,
no quiero que me mientas
y dime dónde está todo el amor,
donde están esas promesas
que nos llenaron de ilusión,
dónde están esos abrazos,
dónde está todo el calor,
dónde están todos los besos
que nos dimos con pasión,
dónde fueron las caricias
que ahora avivan mi dolor,
dónde está todo el cariño
que entregué sin condición.

Ahora,………………….
Ahora soy un mar de dudas,
soy la luz que se apagó,
ya no soy la luna llena
que tantas noches te arropó,
soy la rama de ese árbol
que el otoño ha desnudado,
la flor que se marchita
sin saber quién la ha cortado,
ya no soy agua corriente,
soy el agua de la fuente
que el invierno ha congelado,
un pobre guerrero ,
que ha perdido su valor,
la espiga que el viento no balancea,
la hoja seca y sin color,
suspiros de un alma errante
y caballero sin honor.

SANTIAGO SERRANO BRAVO.

"ENVIDIA"

Que envidia me dan
las cosas que tocan sus manos,
que envidia me da
el agua que moja sus labios.

Cuanto daría por ser
el espejo que guarda el secreto
de su desnudez,
cuanto daría por ser
la vela que alumbra su alcoba
cada anochecer,
cuanto daría por ser
el aire de su habitación
y ser testigo de sus desvelos
y de sus noches de pasión.

Que envidia me dan
las cortinas de la ventana
que cada mañana
la ven despertar.

Que envidia me dan
todas esas cosas
que solo ella
puede tocar.


SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

"LAS CALLES, MI HERENCIA"


Como árbol, que crecía ya maduro
sin haber pasado la pubertad,
así crecía mi futuro
dejando el pasado atrás.
Pasado que me había dejado
un futuro bien holgado
y no supe manejar.

Mi presente vivía en las calles,
con ciertos individuos de una sociedad
que llevaba en su cara una sonrisa
bajo un velo de falsedad.
Calles, por donde los excesos e hipocresía
iban recorriendo la ciudad,
calles, que iban consumiendo toda mi vida
y que no supe controlar.
Mi vida, ya era ciega y vacía
y un alto precio me hizo pagar.
Aquellos excesos y la mala compañía,
me llevaron a la soledad.

Y, empecé a conocer otras calles;
calles mojadas, calles frías,
calles oscuras y calles perdidas,
calles estrechas, calles torcidas
calles desiertas que parecen vacías.
Son calles, donde ahora vivo
en un presente muy real,
calles, donde se forja el destino,
donde se forja la humanidad,
donde se forjan los sentimientos,
donde se forja la realidad,
donde aquí, nada es de mentira,
donde todo es de verdad.
Verdad, que he descubierto tarde,
por eso, en el fondo de una de esas calles,
mantengo una vela encendida.
Su llama, quema los recuerdos
de una pasada vida,
su luz, ilumina mi esperanza
que aún no está perdida.
Quiero, volver con mi nuevo presente
a la ciudad de la alegría
y andar por todas sus calles
con la lección bien aprendida.

SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

"SOLO CAMPANA"

Extraña silueta
de bronce envejecido
que miras al horizonte
queriendo ser testigo
de hermosos atardeceres
cuando el sol ya está vencido.

Metal y cobre fundidos
en un solo suspiro
dando forma y ritmo
a tu cuerpo y tus latidos.
Señora de casa grande eres,
que orgullosa nos enseñas,
pero siempre te veo sola
en la parte más pequeña.
Reina de las alturas,
presa de una torre
sin puertas ni ventanas
donde solo el aire corre.
Dama del campanario,
obediencia sin reproches,
viva voz durante el día
y muda por las noches.
Cautiva eres pregonera
de mensajes consentidos,
lanzando palabras al viento
en forma de sonidos.
Los campos y los pueblos
prestan y aguzan sus oídos
a tus fuertes campanadas
por si nuevas has traído.
Con llantos y lamentos
acompañan hoy tus notas
a una tarde más oscura
que el fondo de tu boca.
Musa de don nadie,
obra de arte apartada,
como bestia de mito eres
por tu creador condenada.
Aunque te mueves con soltura
y bailas con salero,
tus repiques y tus danzas
son alardes del campanero.
En las frías noches
y absoluta oscuridad,
dicen que te oyen murmurar,
que narras los más bellos poemas
que se puedan escuchar.
Poemas que hay escritos
en tu polvoriento vestido,
quizá por un solitario poeta
o un enamorado atrevido.

SANTIAGO SERRANO BRAVO.

"OJOS PROHIBIDOS"


Esos ojos claros y profundos
que hacen que mi vida pierda el rumbo
como una barquilla en alta mar,
que hacen que mi corazón no comprenda
porque al mirar esos ojos mi cuerpo tiembla
y mi mente es incapaz de controlar.

Será,  porque me he enamorado
de esos ojos prohibidos
que hacen que me sienta más hundido
por no poderla amar.

Será,  porque quiero besar
esos labios que ya tienen dueño
y que a mí me quita el sueño
y no lo puedo evitar.

Será,  porque quiero abrazar ese cuerpo,
fundirme con él en el tiempo
y no querer regresar.


SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

"NOCHE OSCURA"

Noche oscura con penas mezclada
que mis ojos no quieren ver,
turbia como agua con cenizas
que perturba e intranquiliza
lo mas profundo de mi ser,
que me arrastra y me desliza,
que me hace enloquecer.

Trago a trago y de tasca en tasca,
voy dejando que me persigan
como a un alma poseída
los recuerdos del ayer,
y como nudos del pasado
que hoy no puedo deshacer,
me los bebo en vaso largo
que me animan sin querer.

SANTIAGO SERRANO BRAVO.

"DONDE NOS DIERON, NOS VUELVEN A DAR"


"Los políticos que deshonran al ladrón común"



En estos tiempos que corren,
donde nos dieron, nos vuelven a dar.
Tal es así, que antaño no tenia nada,
hoy tengo la mitad.
La codicia y el ansia de otros por tener,
se ha vuelto tan perversa y rastrera
que con tal de poseer,
nadie duda en pisar a cualquiera.
Con el paso de los años,
uno ve, que tiene mas deudas
que callos en las manos,
que se tienen mas arrugas en la frente
que dinero en la cuenta corriente
y sin haber dejado de trabajar
y en muchos casos, lo que le queda a uno
lo encuentra frente al espejo, la dignidad.
Entonces surgen las preguntas de siempre.
-¿Donde está el fruto de mi trabajo?.-
-¿Donde está el sudor de mi frente?.-
-¿Donde están mis amigos?.-
-¿Donde está mi gente?.-

Son preguntas que se lanzan al aire
produciendo un eco vacío,
donde todo el calor que despedías
se ha convertido en frío.
Son preguntas retóricas,
que vuelven al mismo sitio,
son preguntas huecas y vacías
que no tienen sentido.
Sobre todo, para aquel que las escucha
y sigue su camino,
sobre todo, para aquel que disfruta
del descanso que nunca has tenido,
sobre todo, para aquel que despilfarra
la cosecha que tú has conseguido.

Son buitres y alimañas
sin escrúpulos ninguno,
que por ser nobles y confiados
nos despluman uno a uno.

Es la pura realidad.
En tiempos de crisis, estos individuos
desarrollan su ingenio y habilidad,
son parásitos del prójimo
que chupan la sangre y algo más.

Son carroñeros de otra dimensión
que engordan sus cuentas y bandujos
mientras tú te aprietas el cinturón.

-!! Como brilla esa tarjeta ¡¡-,
más que las luces del burdel,
donde tuya es parte de la cuenta
y de ellos solo el placer.

Y cambiando de tercio,
-!! la que nos metieron con el euro ¡¡-.
-!! Ay ¡¡-. Cuanto echo de menos la peseta.
Todo cuadraba, era perfecto,
pero llegó el euro y el redondeo
y lo que antes acariciabas con las manos,
hoy se escapa entre los dedos.

Dichosos aquellos
que aún conservan la moneda,
porque ellos son testigos
de tan doloroso engaño,
y porque ellos se dieron cuenta
de que el Euribor no era un tango.

Que el "T.A.E." para los inmigrantes
ya no es "Todos A España",
porque según el "INEM", el que más
o el que menos, se levanta con legañas.

Creía, que éramos parte importante del mundo
y me sentía orgulloso como patriota,
pero hoy somos las narices de África
y el eterno culo de Europa.


SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

"SENTIMIENTOS"


Sentía como nuestro amor se apagaba,
lo notaba en su voz,
lo notaba en su mirada
y aunque luchaba por él
me sentía inútil dando palos a la nada,
cansándose mi cuerpo
y cansándose mi alma.
Descubrí que el amor
es como la guerra ,
si uno no quiere, dos no se aman,
si uno no quiere, dos no se abrazan,
dejando los sentimientos
heridos de muerte
con el golpe mas fuerte
que jamás te puedan dar
cuando te dicen y oyes
“ya no te quiero, te dejo de amar”,
entonces cierras los ojos
y aprietas los dientes,
mientras se retuerce
tu corazón y tu mente
hasta que pasa el dolor,
que solo ocurre si has sido fuerte
y has encontrado el verdadero amor.


SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

"RECUERDOS"

Hace tiempo que estoy perdido,
hace tiempo que te perdí,
hace tiempo que estoy sin destino
y no encuentro el camino
que me lleve hacia ti.
Ahora busco un lugar
donde poder recordar
aquellos dulces momentos
que llevo muy dentro
y no quiero olvidar.

Recuerdos,
que forman parte de mi vida,
que forman parte de mi ser,
que forman tantas cosas a la vez,
que ni tu sombra escaparía
de esta galería
que la forma mi forma de querer.


SANTIAGO SERRANO BRAVO.

viernes, 15 de junio de 2012

"ARENA Y AGUA"


“Sola”

Hoy he vuelto a sentarme
en  la arena frente al mar,
siento una ligera brisa en mi cara
con  suave sabor a sal,
cierro los ojos
y me pongo ha escuchar
el continuo murmullo del agua
en plena soledad.
Por un instante, he creído escucharte,
por un instante, te creído escuchar,
abro de nuevo los ojos
y veo que no estás.
Ahora sé, que te fuiste para siempre,
que te fuiste de verdad,
que me has dejado sola en la arena,
sentada frente al mar.


SANTIAGO  SERRANO  BRAVO.

¿A QUE NO TE LO CREES?


Preferí quedarme tumbado
debajo de esta fresca higuera
antes de seguir caminando
con esta inmensa borrachera
y esperar las claritas del día
con mi resaca mañanera
para seguir por este camino,
que creo que al cortijo me lleva.

Estoy hecho un asco,
estoy que doy pena,
y encima mi sombrero ha encogido,
mis botas se me empiezan a estirar,
los pantalones los tengo rotos
y mi nariz para que contar.
Mala suerte la mía,
no recuerdo nada,
mala suerte la mía,
ahora empiezo a recordar
que todo comenzó, -(y aún no ha terminado)-
cuando salí para hacer unos recados
del cortijo por el Sr. D. Juan mandados.

_Dios mío, que dolor de cabeza._
_Dios mío, que vomitera.-
_¡¡Cuidado, que no me da tiempo!!_
_Madre, que balaguera._

Como iba contando, salí hacia el pueblo
haciendo camino por el campo,
cuando en una encina me paré,
casualidades de la vida
en buena hora descansé,
pues, a cierta distancia observé
que en la rama de una retama
algo colgando pude ver.
Como de camino me caía,
hasta ello me acerqué,
-no sin cautela previamente-
y sorpresa me llevé,
pues, una bolsa de cuero era
y monedas dentro hallé.
Veinte monedas había,
veinte monedas conté
y guardándolas con alegría,
dando gracias, al cielo miré.
Proseguí dichoso mi camino,
mejor que lo empecé,
pues ya estaba pensando
con estos cuartos lo que hacer.
Según iba pensando,
con un arroyo me topé
y al coger impulso para saltarlo
en la orilla resbalé,
cayendo mi sombrero al agua
y empapándome los pies.
Como resortes, mis manos a la talega,
por si el botín pude perder,
pero allí estaban las perras
que yo mismo coloqué.
Tras incorporarme y comprobar
que mi persona estaba bien,
recuperé mi sombrero del agua
que no quería perder,
reliquia de paño negro
que hace poco que heredé,
y vaciando el agua de mis botas,
en marcha me puse otra vez.

_Dios mío, que dolor de cabeza._
_ Dios mío, que vomitera._
_¡¡Cuidado, que no me da tiempo!!_
_Madre, que balaguera._

Ya me faltaba poco para llegar,
pues tras unos olivos
el campanario de la iglesia, lo veía asomar
y por no querer los olivos rodear,
saltando por una pared
quise atrochar,
enganchándose mi talega en una piedra,
y dos vueltas de campana me hizo dar
dando de bruces contra el suelo,
besando el olivar.
Por fin llegué al pueblo
y en un calizo me puse a descansar,
cuando, dos malandrines de poco pelo
y gran descaro, me quisieron asaltar
y ante mi negativa se produjo un forcejeo
que yo solo no podía ganar,
robándome mis veinte monedas los ladronzuelos
y las monedas del Sr. D. Juan.
Ante mi impotencia y desesperación,
no me quedó otra alternativa
que ir a la taberna del Antón
donde suelen ir amigos míos,
que ninguno había en esta ocasión.
Me senté en una camilla,
en espera de alguna aparición
para pedirles ayuda monetaria
y mejorar la situación,
y entre espera y espera una jarrilla
y en la jarrilla pitarra del mejor
mientras le daba vueltas a todo esto
para darle solución.
Al cabo de un rato,
mis dolores no eran tantos,
al cabo de un rato,
demasiado calor,
al cabo de un rato,
la solución no era un problema,
al cabo de un rato,
el problema era yo,
y al cabo de todos esos ratos………
Preferí quedarme tumbado
debajo de esta fresca higuera
antes de seguir caminando
con esta inmensa borrachera
y esperar las claritas del día
con mi resaca mañanera
para seguir por este camino
que creo que al cortijo me lleva.


La mente a veces traicionera
hace ver cosas que no son
y no ser las que eran,
como en este caso mío,
que todo el mundo había pensado,
que en una juerga,
las perras me había gastado
y por cúmulo de circunstancias
ha sido todo lo contrario.


SANTIAGO SERRANO BRAVO.