Allí a lo lejos,
donde la vista no llega,
donde el sol se esconde
detrás de la sierra,
cuentan que hay un arroyo
y una flor en su ribera,
que su juventud y frescura,
las mantiene una eterna primavera.
Ella es Iris, la molinera,
belleza que cegó de amor
a muchos hombres solo con verla,
otros dejaron el corazón
inerte entre las adelfas,
por que quien osa tocarla,
con la misma el arroyo se encela,
convirtiéndose en bravío mar
y en asesina su marea,
arrebatándoles sus débiles almas
convirtiéndolas en blancas perlas
para entregárselas como trofeos
a Iris, la flor de su ribera.
SANTIAGO SERRANO BRAVO.
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